miércoles, 18 de julio de 2012

Instinto



Aquella tarde mi Amo me había prometido algo especial..., algo especial pensaba yo mientras me aplicaba un toque de carmín con un pincel finisimo..., sabía que adoraba las sorpresas .Decidí vestirme según el tiempo con unas medias, unos zapatos y un sencillo vestido corto que dejaria ver mis piernas suaves y descaradas.
-¿Lista?, pregunto su voz al otro lado de la puerta
-si, mi Señor , respondi abriendo de inmediato , y por un segundo nos miramos ambos brindandonos una sonrisa de aprobación.
-Me gusta, dijo mirando con aquella sonrisa tan suya, solo que ...y llevando una mano a mi pelo soltó la aguja que lo enroscaba y lo dejo caer sobre mis hombros y mi espalda, así...hoy te quiero así, dijo sonriendo de satisfacción y ofreciendome su brazo salimos a la calle .
La tarde caía ligera mientras paseabamos sin prisa, le miré con afecto y orgullo de su elegancia, el tambien me miraba de tanto en tanto, y su mirada destilaba un leve brillo, sin duda recordando las horas pasadas, con la complicidad única de saber que aquel ser dulce y femenino que caminaba sonriente de su brazo guardaba en su interior a una sumisa impúdica y ávida de los mas bajos instintos.
-Gracias Señor , le dije sin dar ninguna explicación innecesaria, y por un segundo aquella fuerza que dominaba su mano y la ceñía alrededor de la fusta se dejo sentir sobre mi brazo.
Caminamos largo rato en un silencio lleno de pequeños intercambios y cuando presté atención al recorrido vi que nuestros pasos nos habian llevado a uno de los barrios mas chics del momento , con sus aceras pulidas y macizos de flores que separaban la mediana transitada por coches de gama alta.
Así llegamos hasta una calle empedrada con una única terraza de toldos blancos donde una docena de mesas era debidamente atendida por dos camareros de uniforme blanco que acudían de inmediato al menor gesto de los clientes. Uno de ellos reparo en nosotros y acercándose a recibirnos saludó a mi Amo con cierta familiaridad
-Su mesa Señor, dijo retirando de una de ellas un pequeño cartel de "reservado".
-¿Todo bien?
-Si Señor , dijo aquel camarero con una sonrisa que me pareció complice.
-Por favor ¿que desean tomar? dijo el camarero poniendome una especial atención al hacerlo.
-Por favor traigame hmm ....quedé un segundo pensativa cuando mi Señor respondió.
-Bourbon con hielo para dos, dijo con un tono lleno de seguridad.
-Bourbon...., si ,dije aceptando.
Cuando el camarero se retiró comencé a mirar a las mujeres de las otras mesas siguiendo ese ritual de medirnos que tan inevitable nos resulta. Vestidos de buen corte , zapatos y bolsos de diseño , acompañadas de caballeros de presencia impecable y postura reposada.
Empezaba a preguntarme por que alli cuando dos chicos aparecieron con dos hermosos dogos, uno de ellos se detuvo un momento y acarició al animal como para tranquilizarlo, sin duda era una buena zona para pasearlos dada la la ausencia de coches. Me detuve a observarlos , su pelo negro brillaba a cada paso recordando aquellos documentales de panteras , caminaban tensando las cadenas muy cerca el uno del otro, hasta que al llegar a media calle y tras comprobar la ausencia de peligro sus dueños les dejaron libres de su cadena.Inmediatamente corrieron uno tras el otro por los alrededores, curioseando , reconociendo el terreno y cuando todo estuvo revisado corrieron uno junto al otro comenzando una particular danza olfativa.
-¿cree usted que serán macho y hembra? , pregunté casi sorprendida de oír mi voz.
- Sin duda, respondió mi Señor, no hay enfrentamiento de ningún tipo, como debería ser.
Al momento el ejemplar ligeramente mas pequeño se detuvo sumisamente dejandose olisquear , tan solo al sentir el olfato cercano a su sexo lanzó una dentellada amenazadora sin destino alguno tras lo cual siguió sin mover un solo músculo.
-¿ves perla? ¿no te recuerda a alguien?, preguntó divertido.
- No Señor , respondí entre digna y cómica.
El animal de mayor tamaño olisqueaba cada vez mas nervioso, y sin mas preámbulo y absolutamente ajeno a cuanto había alrededor se encaramó de un saltó al lomo de la hembra y comenzó a montarla en mitad de la calle.
Miré a mi alrededor instintivamente para ver quienes contemplaban la escena , curiosamente las miradas mas indirectamente que otra cosa comenzaban a estar pendientes del echo, alguna risa cortada se oyó de fondo y fascinada por el movimiento de uno y la pasividad de la otra me abstraje unos segundos en la escena.
-Quiero que te pongas en primera fila. Dijo mi Amo con aquel timbre indiscutible de su voz.
-Perdón , mi Señor ¿que desea?
- Quiero que te levantes y te pongas a su lado.
- ¿yo? pero...Señor... dije mirando rápidamente a mi alrededor.
-Te he ordenado algo simple ¿tiene esta sumisa algún problema?
-Señor ...hay demasiada gente aquí , por favor...hay muchas señoras y yo....
-¿señoras , perla? dijo mi Amo como si no comprendiese mis palabras , ¿que señoras? , preguntó esta vez divertido, yo no vi niguna.Te aseguro que ninguna de estas "señoras" se esta perdiendo la escena, asi que agradece que tu Dueño vele por ti y te coloque en primera fila.
-Señor..yo...
-¡Andando!-Si Señor, dije mientras me levantaba sin atreverme a replicar, y apenas acabé de volverme cuando la voz sonó nuevamente a mi espalda.
-¡perla!-si Señor-¿no te olvidas de algo?...tus modales perla...
-gracias Señor, dije sintiendo una punzada en mi orgullo femenino.
Caminé despacio hasta situarme a la altura de los dogos que seguían entregados a su propio deseo, podría haber estirado la mano y haber sentido su movimiento vibrando bajo mis dedos . La perra resoplaba con la cabeza gacha dejandose hacer mientras el macho daba pequeños avances con sus patas traseras para aumentar la intensidad de sus embestidas.Mirando la actitud de los animales reconocí mi propia actitud en algunos momentos.
-Su Bourbon señora, dijo el camarero que ahora se aproximaba bandeja en mano para acercarme el whisky.De pronto volví a la realidad por un instante , traté de hablar pero ninguna palabra subió a mis labios y tan solo pude hacer un leve movimiento de cortesía con la cabeza mientras tomaba aquel vaso ofrecido de las manos de un camarero acostumbrado a no hacer preguntas.
Probé el licor lentamente como si probase los labios de una virgen, quemaba, y su fuego avivaba mi propia llama. Sentí el hielo tintineando en el vaso y apuré casi de un trago el contenido.Sentí una oleada de calor y mi cuerpo se encendió también como una cerilla ajeno al mundo, sin pensar en absoluto lo que hacía metí varios dedos en el vaso tomando hielos del fondo y los pasé primero por mis labios y luego por mi barbilla y mi cuello.Sentí las gotas heladas resbalando por mi escote, sigue respirando , me dije, y tomando mas hielos los apreté en mi mano sintiendo ese dolor del frío en contacto con la piel.
Un sonido de pasos conocidos comenzaron a acercarse por mi espalda hasta llegar a mi altura, sentí la mirada de mi Amo, miré por un segundo la linea de sus hombros incapaz de encontrarme con sus ojos y al momento como si de un gesto tierno se tratase apresó un mechón de pelo tras mi oreja y colocándose suavemente junto a mi , me susurró
-...mira,.. y aprende...
sus palabras rebotaron en mi obligandome a mirar la escena mientras el sonido de sus pasos se apagaba nuevamente.Sentía aun el hielo deshaciéndose en mi mano, las gotas comenzaban a hacer un pequeño charco que llamó la atención del perro que sin dejar su tarea ladeo su cabeza junto a mi mano y sacando su lengua comenzó a lamer mi puño, lamia una y otra vez con su lengua áspera y sedienta, mientras embestía imparable . Abrí mi mano lentamente mientras su lengua se apoderaba de cualquier humedad entre mis dedos.Sentí que el aliento me faltaba cuando otros pasos se acercaron a mi costado y girándome lentamente me encontré con la mirada del camarero.
-Disculpe Señora...el caballero de su mesa me ha pedido que la entregue algo que la pertenece.
-¿si? dije incapaz de pronunciar nada mas.El camarero que apenas tendría algún año mas que yo dió un paso hasta quedar frente a mi, inmediatamente mis ojos buscaron los de mi Señor y pude verle asentir una sola vez. Con eso bastaba para que mis pies no se movieran. Volví a mirar al camarero y entonces vi por primera vez aquel objeto que tantas veces había deseado.
-Con su permiso Señora, dijo este mientras colocaba en mi cuello un collar de tacto firme y suave del que colgaba una brillante cadena.
Mis ojos bajaron al suelo incapaces de contemplar el mundo, mientras sentía ceñirse su hebilla en mi cuello.
Sentí la presencia de mi Dueño a mi espalda mientras su mano tomaba el extremo de mi cadena. -Gracias Señor ,dije rozando el recién estrenado collar con mis dedos.
-perla dijo alzando mi mirada, ¿sabes porque me has pertenecido siempre?
-por instinto señor
y aceptando mi naturaleza...... me arrodillé ajena al mundo ante aquel que guiaría mi cadena hacía la libertad.